Cuando la invasión de las bestias brindó el final de estas
tierras, la humanidad se sumió en oscuridad: viajeras del
tiempo fueron expuestas tras ganar la lotería varias
veces, vampiras entraban en lugares sin permiso,
alienígenas fueron captadas en vídeos borrosos... Con
sospechosa frondosidad capilar donde no debían tener y
nada de cabello donde debían, hombres peludos ya eran
avistados a diario, mas fueron añadidos a la
discriminación de todas formas.
Los gobiernos ignoraron el peligro. Todo el dinero se
había digitalizado antes de que la primera fotografía
clara del monstruo del Lago Ness y Big Foot juntos se
filtrara. Su atención orbitaba en cómo beneficiarse de los
crecientes escándalos, no proteger a sus civiles.
Hasta que compartir imágenes graciosas se hizo
imposible, el escepticismo reinaba. La opinión pública
cambió con la pandemia de posesiones fantasmagóricas
estropeando sus redes sociales. Sin pistas de cómo o
cuándo comenzó, la humanidad había vuelto a vivir bajo
la luz de una vela y añadir protección de cuello en las
prendas se hizo un requisito. Entonces, quienes no
estaban en posiciones de poder tomaron una poderosa
decisión: cortar toda la electricidad, hito denominado
Luces Apagadas.